Ayer por tocó cena y salida nocturna con unos amigos. Tras disfrutar de una sabrosa comida mexicana fuimos a tomar algo a un conocido y céntrico bar de copas madrileño. Cuando entramos la planta de abajo estaba prácticamente vacía, dos o tres parejas y otros tantos pequeños grupos (nunca más de tres personas en cada uno). Cuando comenzaron a surgir cigarrillos el camarero explicó que se podía fumar en el piso de arriba. Para allá fuimos todos, fumadores y no fumadores. El poco espacio disponible estaba abarrotado. Con menos de la mitad de superficie que la zona “libre de humos”, la cantidad de personas en la zona para viciosos del tabaco multiplicaba por diez a la que había en la otra. El ambiente era irrespirable.
Al concentrarse todo el humo en un pequeño espacio eso parecía el Londres de Jack el Destripador oliendo a tabaco. Si lo que querían nuestro legisladores y gobernantes era proteger a los no fumadores del humo ajeno, su objetivo se mostraba fracasado. Casi todo el mundo respiraba mucho más aire viciado que si los fumadores hubieran estado repartidos por todo el local. Siempre me podrán decir que existía la posibilidad de no entrar en la zona de fumadores. También antes existía la posibilidad de no entrar en ese bar para no respirar humo. Entrar en un local a tomar copas no es una opción de ocio, no un derecho.
jueves, enero 05, 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Maldito neocon, si lo que querían nuestros legisladores y gobernantes era proteger a los no fumadores del humo ajeno, su objetivo no se aleja mucho de la realidad. Los pocos no fumadores que permanecían en la parte baja del local pudieron disfrutar lo que hasta en este momento no habian podido: estar tranquilamente en un bar tomándose algo con los amigos sin tener que soportar el pestazo del humo del tabaco. Los que fuisteis a la planta de arriba (fumadores y no fumadores) acabasteis tragando el humo porque os dio la real gana. Es cierto que respirasteis mucho más humo que si éste estuviera repartido por todo el local, pero de esta manera no se respetaría el derecho de aquellos que no quieren tragar vuestros humos.
Sr. Estelles
Los ciudadanos españoles somos mayorcitos.
Si los no fumadores quieren espacios libres, a buen seuro que habra emprendedores que se los ofreceran.
Y si no que los creen ellos.
Eso es libertad.
Lo que usted defiende es fascismo.
Seguid fumando, pero por favor, decidme donde estareís para no ir... gracias
Publicar un comentario