lunes, julio 30, 2007

Sesgo.

Busca las diferencias:
Eurekalert: "Frequency of Atlantic hurricanes doubled over last century, climate change suspected".

Elmundo.es: "El cambio climático ha duplicado la frecuencia de huracanes en el último siglo".

Ya he pedido la rectificación del titular, aunque dudo que me hagan mucho caso.

martes, julio 24, 2007

Endesa boicotea a Cataluña.

Me entero vía criterio y hago eco de la noticia de calado que ha impactado mis retinas:

¡Toma portada!


Dice que "Cataluña sólo recibe el 15% de inversión de la REE". Y yo me pregunto, ¿cómo leches quieren que invierta, si tienen paralizado el proyecto de la línea de muy alta tensión? ¿Si cada vez que quieren tirar líneas por el monte salen los cachorros a dar por saco paralizando el despliegue del tendido?

No es que no se invierta, es que no dejan. Pero bueno, independientemente, ¿qué tiene que ver eso con que se quemen de forma fortuita dos transformadores por culpa de un poste de alta tensión que se ha caído? ¿Es que fue uno de Endesa a serrar el poste?

Yo es que ya pienso mal y creo que los incendios los han provocado los del govern.

lunes, julio 23, 2007

Nueva afrenta.

"Un gran apagón provoca importantes problemas en la mayor parte de Barcelona

[...] La falta de electricidad ha paralizado, además, el servicio de Metro y los Ferrocarriles de la Generalitat."


¡Transferencia de la transferencia ya!

viernes, julio 20, 2007

A new hope.

"Daniel Sirera sustituye a Josep Piqué al frente del PP catalán"


Bienvenido a la jungla.

jueves, julio 12, 2007

¿Por quién corren los mamones?

Esta mañana he asistido, desde mi sofá, a mi obligada cita con el encierro de San Fermín y sólo puedo decir una cosa: Cada día detesto más esta fiesta.

El parte de hoy son trece heridos, tres muy graves, a uno de los cuales un asta le ha partido el espinazo por la mitad y posiblemente se quede parapléjico, justamente éste oriundo de Pamplona. No he podido ver bien su cogida, pero apuesto a que ha sido por culpa de lo de siempre: la masificación.

Todos los años pasa lo mismo, aunque éste, por alguna oscura razón, se ha salido de todos los percentiles, como diría el pediatra de mis queridas sobrinas. Ya el primer día se hubo de demorar el encierro por exceso de personal y asalto al recorrido. Y es que el exceso de alcohol en la sangre termina produciendo en la gente esta clase de comportamientos estúpidos, tanto sobre los extranjeros, que se creen que aquí todo vale, como los no tan extranjeros, que con su comportamiento hacen creer a los anteriores que en España existe un estado de anarquía.

Un año me quedé en Pamplona para San Fermines, más que nada porque aquel año comencé a trabajar allí y no me quedó más remedio, y se me ocurrió ir un día a la fiesta nocturna. El resultado fue peor de lo que pueda ser capaz de describir en estas líneas, porque mi ideal de fiesta no es chapotear en orines y excrementos por la calle, ni que mientras te están haciendo un sándwich humano por las calles por donde sueles salir de normal a tomarte unas copas, te rieguen de asqueroso calimocho, mientras lanzan garrafas y garrafas al aire y mientras el tío que tienes al lado te vomita encima. Asqueroso y repugnante.

Ni qué decir tiene que la ropa con la que salí aquel día la tuve que tirar, porque no salió en luz ni con lejía.

Al día siguiente el hedor, una amalgama de orín, mierda y calimocho con cerveza, el pestazo repugnante, se podía oler desde mitad de Pío XII y eso que por la mañana los servicios de limpieza se encargan de fumigarlo todo con lejía. Pero es igual. La sinrazón se apodera momentáneamente de Pamplona y consigue convertir una fiesta vistosa y divertida en una Sodoma y Gomorra versión cutre, en la que el turismo que genera no da ingresos, y lo poco que genera se dilapida con creces en eliminar su huella de vómitos, heces y basura doquier, que hay que ir sorteando junto con los que la producen, tirados por el césped de la ciudadela, borrachos, durmiendo la mona a la intemperie.

Hoy, fruto de esa sinrazón, trece personas tirarán de los impuestos que pago para recibir asistencia médica. Uno de ellos, posiblemente, tenga que seguir los encierros desde su silla de ruedas.