martes, noviembre 29, 2005

Amnistía celestial



Los teólogos del Vaticano quieren salvar a los niños que han muerto sin haber sido bautizados y, por tanto, se encuentran en el limbo, cuya desaparición decretará la Iglesia católica en los próximos días. La solución: todos irán al paraíso, gracias a la misericordia de Dios.

(...)

Ahora pasarán directamente al paraíso por la "infinita" misericordia divina, según la Comisión Teológica Internacional. La idea de decretar la desaparición del limbo fue siempre apoyada por el papa Benedicto XVI, quien fue prefecto de la Doctrina de la Fe durante el largo pontificado de Juan Pablo II, quien consideró el tema de "máxima importancia" y llegó inclusive a ignorar el limbo en el nuevo catecismo, publicado en 1992.

¿Pero no decían los detractores de Benedicto XVI que este nuevo papa -un ultraconservador que ha superado el ultraconservadurismo de los ultraconservadores de nivel ocho y pico- iba a enviarnos a todos a la hoguera y al Averno? Pues ahora va y -con un gesto que le honra- salva el alma de millones de niños inocentes. Limbo, nunca máis. Seguir leyendo "Los niños sin bautizar irán al paraíso cuando se suprima el limbo".

4 comentarios:

Reboot, El Diablillo Cojuelo dijo...

Hombre... el término "suprimir"... Ellos no van a "suprimir" nada, y tampoco son ellos quienes deciden a dónde van las almas.

Me cuesta entender esa postura.

Anónimo dijo...

Yo creo que van al limbo por defecto.Salvo que sus familiares compren la bula "in excelsis caelum V.1.0", que entonces si, van a un adosado con piscina en el paraiso con asistencia juridica gratuita para el Juicio Final incluida.

Anónimo dijo...

Benedicto XVI se equivoca, y la Comisión Teologica Internacional lo mismo: Pues yo sigo creyendo hoy más que nunca en el limbo:

El limbo es el sitio a donde van los niños que pasan por el sistema educativo de ZP.

Saludillos

rojobilbao dijo...

Renunciar al Limbo en base a la misericordia divina equivale a negar o bien el pecado original , sólo perdonable mediante el bautismo o bien dejar la puerta abierta a que todo el mundo se pueda salvar por la misericordia, con lo que la teoría apoyadísima por el actual Papa de que la salvación sólo se encuentra en la Iglesia se desmorona.