Discurso de su majestad Maragall I el Conquistador

En las postrimerías del segundo milenio, del siglo XX y de la década de los noventa, cuando el fin del mundo parecía inminente por obra y gracia del efecto 2000 y de las centurias de Nostradamus, el bueno de Michael Crichton (famoso por su parque temático) publicó un nuevo tocho bestsellero -es decir, con ánimo de lucro-, indenominado en esta ocasión Rescate en el tiempo (Timeline, en la edición original yanqui). En él, una multinacional hideputa (valga la redundancia) descubre los ejes de abcisas y ordenadas del universo tetradimensional y envía al profesor Johnston -¿se escribirá así?- a los tiempos gloriosos de Jaume I, siglo más, siglo menos. Pero no vayamos más allá ni destripemos la trama como émulos de Anibal Lecter, ya que bien vale la pena sacrificar la vida de unas cuantas neuronas y enfrascarnos en la lectura de esta embrutecedora obra de carácter neoliberal y pequeñoburgués.

A día de hoy y con menos pelos sobre la cabeza que en el ya citado año de nuestro Señor 1999, lo de viajar en el tiempo -en especial al pasado- nos sigue pareciendo una posibilidad bastante remota, por mucho que nuestro Jules Verne se enfrasque a escribir relatos sobre el tema. No obstante, para retrotraernos a la edad media no hacen falta físicas cuánticas, condensadores de fluzo y demás zarandajas. Sólo es necesario echar mano de los discursos de nuestro soberano Maragall y comenzar a leer.

El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, defendió hoy la denominación de Eurorregión para referirse a los territorios de la antigua Corona de Aragón para evitar "ofender" a comunidades como Valencia con la apelación a los Països Catalans.

Maragall, que presidió hoy la comida institucional con motivo de las fiestas de la Virgen de la Cinta de Tortosa (Tarragona), admitió que, "si dijéramos Països Catalans, algunos que no lo son se podrían ofender y decir, 'pues no venimos con vosotros', y queremos que estén".

Según el presidente, "nosotros queremos que los amigos de Valencia, con los que muchos --y me incluyo-- tenemos lazos de sangre y de procedencia, podamos hacer cosas juntos y también con Baleares y Aragón". Maragall destacó la importancia central que tendrán las Terres de l'Ebre en esta Eurorregión.