miércoles, julio 13, 2005

Problemas de taxonomización de enfermedad mental

Parece ser que hay problemas a la hora de la clasificación taxonómica de una extraña patología mental... Por ello, Alianza entre mamones (siempre colaborando a la ciencia) ha decidido publicar algunos de los estractos que puedan identificar la patología y puedan ayudar en el futuro para encontrar una futura cura...

El primer texto es de una de esas listas de correo que tanto aportan a la causa neoconservadora: la del Partido Comunista de las Tierras Vascas...


Ayer Madrid, ahora Londres

Esta vez ha sido la población trabajadora de la capital británica la que ha sido golpeada por el terrorismo indiscriminado, pero es posible que, mientras numerosas cargas explosivas sembraban el terror y la muerte en Londres, no supiésemos que, en ese día, también la misma furia asesina se abatía sobre otros puntos del planeta sembrando la muerte entre los laboriosos habitantes de un poblado, aldea o barrio popular de alguna lejana ciudad. Sólo que en unos casos, en vez de bombas ocultas bajo los asientos de un vagón de tren, metro o autobús, serían coches-bomba explosionados a distancia en un mercado, en una iglesia o en una mezquita. En otros, se habría tratado de un diluvio apocalíptico de napalm o bombas de fragmentación o de una degollina perpetrada por carapintadas o escuadrones de la muerte. Pero, acciones desalmadas y execrables como éstas sólo raramente son objeto de los grandes titulares de los medios de comunicación de los países imperialistas en los que vivimos. Y, sin embargo, forman parte de la misma barbarie y destrucción que el capitalismo, en su fase agonizante, provoca por todo el mundo para sobrevivir, comenzando por los propios países imperialistas, como ahora en Londres.
Nueva York, Casablanca, Bali, Kerbala, Bagdad, Madrid y Londres no son más que algunas ciudades de una trágica y ya interminable lista de atentados terroristas
indiscriminados llevados a cabo en numerosas ciudades del mundo desde la
desaparición de la URSS y el hundimiento del campo socialista. Aunque los
métodos y lugares sean diferentes, las víctimas son siempre las mismas: obreros,
empleados, trabajadores de todo tipo, amas de casa, estudiantes... mujeres,
hombres y niños de todas las edades, naciones y colores. Como también son los
mismos sus autores: los servicios secretos de uno u otro Estado imperialista.
Los atentados indiscriminados de Londres, como los de hace casi un año y medio en Madrid, no son la respuesta de una organización presuntamente islamista a la ocupación de Iraq en la que participan las tropas británicas.


Tampoco se trata de un ataque contra los Estados que integran el G-8 y que se
reunían en Edimburgo. Son atentados que han sido metódicamente planificados en
todos sus detalles por los estrategas británicos de la contrarrevolución con la
aprobación del Gobierno de Blair. La reunión de los jefes de Estado de las
grandes potencias imperialistas del planeta, acompañados por la claque de jefes
de Estado o de Gobierno de los países más populosos, con la pobreza como tema
estrella de cara a la galería, ha sido el escenario de fondo y la cortina de
humo de los atentados terroristas. Es decir, que los imperialistas han tratado
de encubrir con esa reunión que son ellos precisamente los responsables de la
pobreza y de esos atentados.

Como siempre, los imperialistas atribuyen los atentados a Al-Qaeda. Pero esta organización, fabricada por la CIA, al igual que Bin Laden, su antiguo protegido, Al-Zarqawi y otros oscuros personajes, reales o ficticios, además de ser utilizados como armas de intoxicación masiva, como se está viendo claramente en Iraq, no son más que señuelos utilizados por los imperialistas para encubrir la actividad terrorista y criminal de sus servicios secretos y los fines que con ella persiguen. Si los imperialistas, con los yanquis y sionistas a la cabeza, utilizan como coartada el supuesto terrorismo islamista en su "Guerra global contra el terrorismo" y se sirven de los pueblos musulmanes e islámicos como chivos expiatorios y objetivo preferente de sus agresiones exteriores, es debido, sobre todo, a la seria amenaza que supone para sus intereses políticos, económicos y geoestratégicos la situación política y
social tan explosiva que existe en esos países, donde buena parte de las masas
desheredadas y más pobres, han adoptado la religión islámica como vehículo de
resistencia y de sus aspiraciones revolucionarias.


Pero, el principal objetivo de los atentados indiscriminados de Londres es desarrollar la movilización reaccionaria de las masas populares: que éstas cesen en su
resistencia a las medidas de opresión y explotación capitalista, no se opongan a
las medidas de excepción que eliminan de hecho sus derechos democráticos con el
pretexto de protegerlas de las amenazas terroristas y apoyen y legitimen las
agresiones imperialistas contra los pueblos árabes y musulmanes, la ocupación a
sangre y fuego de estos países y el pillaje de sus riquezas. Es por esto y con el fin de dividir y enfrentar a los obreros y demás trabajadores según su procedencia, cultura y religión por lo que los imperialistas tratan también de fomentar el odio hacia los pueblos y ciudadanos de los países árabes y musulmanes, muchos de ellos emigrados como mano de obra baratas a EEUU, Europa, Canadá y Australia.


Sin lograr la movilización reaccionaria de una parte importante de la población trabajadora, acabar con su resistencia y pacificar, en suma, su retaguardia, los imperialistas no podrán tener las manos libres para aplastar la resistencia de los pueblos árabes y musulmanes y demás pueblos oprimidos y apoderarse de sus riquezas. La resistencia de los obreros y de otros trabajadores de Gran Bretaña a la eliminación o recorte de las libertades democráticas, más arraigadas en ella que en otros Estados imperialistas del continente europeo, a la que hay que añadir las grandes movilizaciones de masas contra la guerra de Iraq, está impidiendo al gobierno de Blair volcarse en la ocupación de este país en apoyo de sus aliados yanquis y desarrollar sus planes en otros países de Oriente Medio. Por eso los servicios secretos británicos han perpetrado la masacre del día 7 en Londres.


Esta estrategia de atentados indiscriminados, conocida como estrategia de la tensión, ha sido experimentada ampliamente en Italia en los años 70 del pasado siglo por los servicios secretos yanquis e italianos para justificar la represión del movimiento comunista y revolucionario. Desde entonces y mucho antes del 11 de septiembre ha sido asumida por todos los grupos y Estados imperialistas, hasta el punto de que hoy
forma parte de la guerra de exterminio no declarada que están llevando a cabo
por todo el mundo contra las masas explotadas y oprimidas para acallar su
resistencia, eliminar sus conquistas laborales y sociales, valorizar sus capitales y salir a costa de ellas de la crisis general política, social y económica por la que atraviesa el sistema imperialista. Esta guerra es también, por sus características, una guerra preventiva en la que los imperialistas utilizan todo tipo de medios y métodos: desde los más violentos a los más silenciosos y secretos, desde los más letales a las de efecto retardado, desde la guerra bacteriológica a la guerra sicológica.


Es una guerra con tres frentes: contra las masas populares de los países imperialistas, el movimiento nacional-democrático de los pueblos que luchan en ellos por el derecho a la autodeterminación y, muy particularmente, contra el movimiento comunista que, aunque lentamente, se está desarrollando; contra los pueblos oprimidos que luchan por sacudirse las cadenas del imperialismo y contra los países o Estados que se resisten a someterse a los dictados de las potencias imperialistas o ser de nuevo recolonizados. Uno de los objetivos principales de esta guerra de exterminio no declarada, camuflada bajo la coartada de la "Guerra global contra el terrorismo", es impedir la unión y confluencia de esos tres frentes de lucha y enfrentar a unos sectores de las masas y pueblos contra otros. Esta es también otra condición necesaria para que los imperialistas puedan enfrentarse como buitres entre ellos por el reparto del mundo.


Una y otra guerra sólo las podremos frenar, poner término o impedir con la lucha revolucionaria de las masas populares contra el imperialismo encabezada por la clase obrera. Y para ello necesitamos, sobre todo en los países imperialistas, fuertes partidos comunistas que tengan una línea justa y enarbolen consecuentemente la bandera del internacionalismo proletario y de la lucha por el socialismo.


La masacre que los imperialistas británicos acaban de cometer en Londres tarde o temprano se habrá de volver contra ellos como un bumerán y contribuirá a despertar e impulsar la conciencia y lucha revolucionaria de las masas populares británicas.

Toda nuestra solidaridad con las víctimas de los atentados y sus familias,
el pueblo de Londres y las masas populares y pueblos de Gran Bretaña.

¡Viva la resistencia y la lucha unida contra el imperialismo de las masas populares de los países imperialistas y de todos los pueblos oprimidos¡


¡Viva la resistencia palestina e iraquí!

¡Abajo el imperialismo asesino¡

PCE(r) – Fracción Octubre
10. 07. 05


Esta, del señor Eduardo Haro Tecglen...


Barra Libre: En guerra


Lo que para nosotros es terrorismo, para ellos, nuestro enemigo, es guerra santa. Digo enemigo y yo no lo soy: los enemigos son nuestros jefes, pero ellos salen indemnes y nosotros, los civiles, podemos morir en el metro, en el tren o en la oficina, en Londres o en Madrid, o en Nueva York, las tres capitales del mundo de las Azores. Cada uno mata los civiles contrarios que puede, con bombas caseras o con proyectiles esbeltos y científicos; unos por su impulso suicida, otros que han estudiado en las academias militares, por vocación. Parece que se olvida que estamos en una guerra muy antigua y que ahora llega al corazón de nuestras vulnerables ciudades, pero la antigüedad de matar inocentes nos la pueden recordar los nombres de Numancia o de Troya; sin contar a los que recordamos el Madrid de la guerra civil o Berlín o Hiroshima. Dentro de la retórica de la guerra es lógico que condenemos a los asesinos del día, que serán los de mañana, y que ensalcemos nuestra civilización que es, como dice Bush, de libertad, de democracia y algunas cosas más. Cada uno tiene sus creencias. Pero la verdad está tan cerca de nosotros que no la podemos ver.




Las autoridades sanitarias solicitan a la población que sean respetuosas con aquellas enfermedades mentales raras y difíciles de clasificar. Puede ayudar mucho a una futura rehabilitación... En la cuestión taxonómica, Alianza entre mamones regalará una camiseta de su tienda virtual a todas aquellas propuestas interesantes.

1 comentario:

islero dijo...

Así que el 11S fue cosa de la CIA, el 7/7 es obra del los servicios secretos británicos y el 11M se debió a la mano criminal de... ¿Aznar? ¿O es todo cosa de Blair? No me ha quedado muy claro, la verdad.