miércoles, julio 20, 2005

El relato del verano (2005 edition)

Médicos, enfermeras y cintas de vídeo

Cada ves que echo metafóricamente la mirada patrás y mi lánguida mente se posa sobre lo acaescido durante el verano de 2005, no puedo evitar que de mis ojos y los bujeros de mis napias broten sendos lagrimones ahítos de nostalgia hacia un estío que fue sin duda el mejor de nuestras vidas. Yo a la sazón era muy pequeño y mi uso de razón estaba aún mantillas, pero ya me daba cuenta de muchas cosas que fueron importantes para todos, y que el tiempo y el transcurrir cronológico fueron apuntalando poco a poco en mí.

Aquel fue el verano de Semen, la película que alzó al cine español a las cumbres más altas de creatividad que nuestro potencial permitía; fue el verano de las manifestaciones intelectuales en defensa de los derechos civiles, el verano en el que nuestro presidente (el mejor que hemos tenido jamás) cuidaba lo que quedaba de España como de su prole y nos inoculaba admiración hacia él por las venas. Fue el verano en el que los dinosaurios de la política se extinguieron definitivamente para dar paso a juveniles hornadas, en el que se aprobó el nou estatut catalán, en el que la Alianza entre Mamones... ui, perdón, de Civilizaciones echó a andar inaugurando un nuevo amanecer para el orbe, la tan anhelada por la new age era de Acuario. Otro mundo estaba siendo posible gracias a la derrota de Aznar, y yo podía ser testigo de ello, aunque tuve que rescatar la mayor parte de la información relacionada con aquel año gracias a un chip sobre "recuperacion de la memoria histórica" que me injertaron en el cráneo. Con sólo activar un sensor, me convertí en un esperto en lo que al primer cuarto de siglo XXI se refiere, doctorado en la universidad de la Sorbonne con un sobresaliente Cum Laude gracias a una tesis sobre el premio Nobel de la Paz Carod-Rovira. Comencé a dar conferencias en el mundo entero hasta que me cansé de dar vueltas y vueltas como una peonza.

Lo de transmitir oralmente mis inabarcables conocimientos estaba pero que muy bien oiga y me proporcionaba pingües emolumentos sin dar golpe alguno, pero había llegado el momento de sentar el culo ante el computador y fijar aquellos conocimientos que se me salían hasta por las orejas en negro sobre blanco, para así ya de paso rendir un homenaje al desaparecido programa de Sánchez Dragó y guiñar el ojo al mundo de la literatura, que nunca me ha sido ajeno. Había que hablar sobre el verano de 2005 a las nuevas hornadas de jóvenes a fin de moldear sus dúctiles seseras a mi libre albedrío, y eso es lo que yop me dispongo a hacer a partir del renglón que viene agora mesmo.

Como ya se ha dicho más patrás, era aún muy pequeño y a Polanco todavía le quedaba un buen cacho por recorrer para convertirme en su discípulo. Sin embargo, ya comenzaron en mí a despuntar ciertas apetencias fisiológicas, que más tarde descubrí atentaban contra la dignidad de la mujer. Aquel verano me estaba aburriendo como una ostra, aunque las cosas no tardarían en cambiar. Ya estaba cansado de los juegos de la PlayStation, XBOX, Game Cube, Game Boy y del PC de mi padre. Además, ya me había leído el nuevo ladrillo de Harry Potter en anglocabrón dos veces. Para más inri, no había libro alguno en casa que supusiera para mí un desafío intelectual destacable. No podía salir al exterior sin la compañía de un adulto, ya que los delicuentes actúan libremente por la puta rue tal y como debe ser en cualquier nación que se tenga a sí misma por progresista y avanzada, así que en casa las opciones se iban agotando inexorablemente. Aquel día, sin embargo, iba a probar algo nuevo que cambiaría mi vida.

Aquel día mi hermana y yo jugamos a "médicos y enfermeras". La canguro que supuestamente nos cuidaba roncaba como una bendita, así que no iba a enterarse de gran cosa. Menuda pajarraca.



-¿Y esto que es? -me preguntó mi hermana, la "enfermera". Yo estaba tumbado en la camilla tal y como Dios me trajo al mundo, es decir, intacto y con pelo.

-Esto es una calcomanía de la Natalia, del Club Megatrix. Puede estar tranquila enfermera, no es ningún tumor.

-¿Y esto otro?

-Es un piercing. ¿A que es mono?

-¿Y por qué lo tienes ahí?

-¿Se le ocurre a vd. un sitio mejor para ponerlo?

-¿Y duele?

-Más me dolería no llevarlo. Hay que estar en el candelabro, como diría aquella.

-¿Y esto otro?

-¿Te refieres al mensaje que me acaba de llegar vía e-mail y que la "multifunción" ha tenido a bien imprimirme? Espera, que le eche un ojo... ¡Santo sielo! Parece ser que el Ministerio de Sanidad y el de Trabajo y Asuntos Sociales nos solicitan que "reparemos públicamente la imagen de los profesionales de la infermería", ya que a través de nuestro juego de médicos y enfermeras estamos mancillando su buen nombre, su imagen, reputación y prestigio. Asimismo, la secretaria general de Políticas de Igualdad del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Soledad Murillo, nos demanda que pidamos perdón públicamente al gremio de la enfermería por el daño ocasionado pues "habéis denigrado a este colectivo profesional y a todas las mujeres que están luchando día a día por obtener un reconocimiento profesional por parte de la sociedad, más allá de su apariencia física". Si pretendemos seguir con nuestros juegos iniciáticos, emprenderán acciones legales contra nosotros. ¡Estamos jodidos!

1 comentario:

David dijo...

Hola Mahgg, muchas gracias por la sugerencia. Pero si te fijas, en el menú de la derecha puedes acceder de forma individual a los últimos posts publicados (es donde dice "Previous Posts"). Por cierto, mi culo está sellado y precintado. :o)