Ya sabemos dónde se esconde el cannabis que iban a dispensar las farmacias catalanas, o al menos eso se desprende de los nuevos rumores de los contenidos del nuevo decretazo farmacéutico que pretende blindar a industria a costa de multiplicar por veinte el stock de las farmacias, por no hablar de la marcha atrás total en la tendencia que había costado ocho años de producir, de prescribir por principio activo, al incentivar de nuevo la prescripción por nombre propio (o nombre de fantasía, como son el Gelocatil o el Efferalgan, por poner un ejemplo). Es el mundo al revés.
Ciertamente, los del ministerio están fumados.
martes, junio 14, 2005
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