martes, junio 14, 2005

Carta abierta a un terrícola

Caro amigo:

Contesto cordialmente a tu misiva, que me fue enviada el martes 14 de junio de 2005, a las 2:49 PM (calendario gregoriano, el de tu plasneta). Como tú bien dices, al grano que ya casi es verano.

Llevo varias horas, desde que recibí tu mensaje, partiéndome la caja, y no puedo parar. JAAAAAAAJAJAJAJAJA. Que me troncho. Vayamos por partes, aunque te confieso que no sé por donde comenzar. ¿De verdad sois tan tontos los humanos, o es sólo una pose? (Por poco en lugar de "pose" escribo "psoe", ¿será acaso un lapsus linguae?)



En primer lugar, ese plasneta no es el mío ni se le parece en lo más remoto (está situado unos cuantos parsecs más a la derecha del que citas). Este dato, ya de por sí, basta para echar por tierra tu caquita epistolar y para que me limpie el culo con tus asertos amenazantes, pero todavía queda más. Pues respecto al "transmisor taquiónico" que comentas, no es más que un router inalámbrico (no citaré la marca; si alguien quiere que le haga publicidad que apoquine). ¿O es que acaso pensabas que somos tan gilipollas como para dejar vestigios de nuestra tecnología a vuestro alcance como el que tira migas de pan en el bosque? Yo ahora pispo me hallo en una base submarina de la Tierra (si piensas que te diré en qué océano espérame sentado, guapo), no en un remoto astro, de modo que los "taquiones" que mencionas sólo están en tu enfermiza y lamentable cabeza.

¡Oh, sí, entrega el "transmisor taquiónico" a la CIA, el descojone será tal que las risas llegarán hasta el otro extremo de la galaxia! En cuanto al tema de la "sonda anal" (¡juas!), me temo que mezclas recuerdos. La hipnosis regresiva que te perpetraron tras la abducción fue letal para tu psique (mi hipótesis es que la "sonda" te la introdujo el mismísimo hipnólogo, que aprovechó que te tenía bajo su merced para convertir tu trasero en el mapa de China y hacerte creer que había tenido yo algo que ver). En fin, que no vale la pena seguir perdiendo el tiempo con monos desnudos (como diría Desmond Morris).

Parafraseando a los melenudos de los años sesenta, "haz el pena y no la guerra".

Adéu-siau!

1 comentario:

islero dijo...

Qué borde y qué hijo de puta, el marciano de opereta este. Así que te estás pudriendo en una base submarina muy guay, ¿eh, cosmic - wannabe? Pues ya sabemos a qué te dedicas: a comer mierda y a matarte a pajas un día sí y otro también. Mientras tanto adivina a qué placenteros menesteres se entrega tu novia en tu asqueroso planetucho, si es que te atreves a pensar en ello, cosa que dudo. Que te folle un pez, desgraciado.