miércoles, noviembre 09, 2005
A la puta calle
El amigo Nicolas Sarkozy, ministro del Interior de lo que queda de Francia, ha dicho que va a mandar a la puta calle, la de su país, a todos los que la están liando en los suburbios. Ryanair ya se frota las manos. El problema sigue siendo el que comenta hoy The Times en su editorial: es muy bonito hablar de multicularidad, pero cuando los coches arden la cosa empieza a perder gracia. Tener seis millones de musulmanes es genial para quedar bien y follar como un conejo, pero a la hora de la verdad es necesario que esos inmigrantes hagan algo por integrarse y respetar el modo de vida Europeo. Es fácil culpar a Francia por su modelo abierto y utópico, pero quienes queman los Peugeot son los únicos culpables. No hacen falta más escuelas, más empleo o más pasta para los vándalos. Lo que hace falta es que esos vándalos empiecen a entender que, o te integras o estás jodido.
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