En circunstancias normales, a nuestro humorista favorito habría que estudiarle con un traje antirradiación, siendo en muchas ocasiones insuficiente. Sólo hay que leer el siguiente estracto para que comencemos a esbozar las sonrisas (o las expresiones de pánico):
El infame autor de la desastrosa privatización de Rusia (Anatoli Chubais), que llevó a la desarticulación masiva de la economía y al empobrecimiento del pueblo ruso, justificó su política “de choque” alegando la necesidad de lograr un capitalismo irreversible que socavara cualquier esfuerzo para sostener una economía social mixta.
Como todo el mundo sabe, la gente es pobre por las privatizaciones, no por los 75 años de socialismo y represión que padeció en todos los ámbitos. Ahora bien, sí es interesante el modo en que se hagan las privatizaciones, así como las consecuencias de las malas acciones gubernamentales.
O este otro ejemplo...
Muchos inversores extranjeros demandan y obtienen, de regímenes influenciables del Tercer Mundo, subsidios directos e indirectos a través de exenciones prolongadas, o tasas reducidas, de impuestos en las importaciones, exportaciones, ingresos corporativos y salarios de ejecutivos extranjeros durante períodos de 10 a 40 años. Además, esos regímenes proporcionan tierra de forma gratuita, o a un coste mínimo, para que se instalen en ella las empresas; subsidian los precios de la energía y utilidades, la infraestructura financiada por el Estado, la formación del personal y las labores de vigilancia. El resultado neto es que los países pobres del Tercer Mundo pagan para ser explotados.
Ante chorradas como esta, uno puede pensar en la mítica frase de Joan Robinson... "Sólo hay una cosa peor que ser explotado: ¡No ser explotado!"... o en las consecuencias que tiene para los países pobres esos salarios para los pobres (a menudo siete u ocho veces superiores, como en China), o en el "Globalization is good" de Johan Norberg...
O incluso este otro caso:
La privatización a gran escala y la desnacionalización promovida por los ideólogos de esos regímenes, ayudados y alentados por los académicos estadounidenses del libre mercado, han proporcionado innumerables incentivos para que la IE lo compre todo. Tanto en Argentina como en la antigua URSS, la privatización y la eliminación de regulaciones atrajeron a la IE pero con resultados catastróficos para la economía y la población.
Cuestiones monetarias son redundantes, el papel del Estado para hacer "su papel" correctamente, superfluo...
Todas estas bobadas y muchas más las esgrime Petras para demostrar que las inversiones extranjeras son malas, y especialmente para los países del Tercer Mundo (supongo que los datos de China, Corea, Taiwan y otros países son redundantes). Por ello, y pensando en que los prejuícios no se lleguen a consolidar, perdiendo así una fuente de aprendizaje interesante, les hago la siguiente recomendación:
¡IGNÓRENLE!
3 comentarios:
Burrhus, muy pertinente tu crítica a Petras, pero ¿estás seguro de que la teoría de la captura es de Veblen? ¿No será de Stigler?
Goerge J. Stigler, "The Theory of Economic Regulation", The Bell Journal of Economics and Management Science, Vol. 2, No. 1. (Spring, 1971), pp. 3-21.
En contraste con las simplezas de Petras, puede verse también esta investigación, reciente, de McKinsey:
href="http://mahalanobis.twoday.net/stories/843367/
Seguro. La referencia la saco del Ekelund y Hebert. Si bien, probablemente no esté tan bien especificado como hizo Stigler...
Por si acaso, compré en su momento la "Teoría de la clase ociosa"...
Not assured.
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