Esta sociedad, embrutecida por el capitalismo, conoce su existencia y considera de mal gusto entrar en detalles. Nuestros conciudadanos, hombres y mujeres, la aceptan por acción u omisión.
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Tradicionalmente, las gentes de la izquierda transformadora no hemos sabido mantenernos unidas como demandaba la consecución de la misión liberadora que decíamos asumir plenamente. Los polvos de nuestra debilidad ideológica y del insuficiente compromiso demostrado, traducidos en agotadoras luchas intestinas, han terminado por convertirse en el lodazal intelectual en el que habitamos actualmente.
Al no haber sido capaces de predicar con el ejemplo la unidad ni de extender la conciencia de clase, le hemos hecho el trabajo al enemigo. Ahora toca, pues, reconocerlo y enmendar el histórico error.
Me alegro de ver explicaciones alternativas a la caída del muro de Berlín.
1 comentario:
Hombre, sin duda, es una forma particular el fracaso histórico del socialismo.
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