domingo, junio 05, 2005

Una lanza a favor de Microsoft

Cuando hace unos meses descubrí a través de las páginas de Libertad Digital que Microsoft iba a lanzar su propio sistema de publicación de weblogs, me venció la curiosidad y le eché un vistazo al invento. La decepción no pudo ser mayor. Aquello era demasiado casposo y cutre como para ser verdad. ¡Esto es horrible, me dije, un engendro surgido desde el averno dantiano!; es como un homúnculo transgénico... ¿quién, en su sano juicio, pergeñará aquí su cuaderno de bitácora? Compungido, cerré la ventana del navegador y regresé a mis quehaceres cotidianos.

Tuvieron que transcurrir varios meses para que descubriera cuán equivocado estaba...

Fue con el advenimiento de la versión 7 del MSN Messenger. Mientras me disponía a averiguar experimentalmente las nuevas prestaciones del programario de marras, descubrí que junto a algunos nicks de la lista de contactos aparecía una suerte de asterisco naranja. ¿Qué será ello, me pregunté? No tardaría en averiguarlo. Semejante símbolo permitía saber si un usuario ha actualizado su "bitácora microsoftera". Hasta ahí, nada fuera de lo normal. Lo sorprendente vino cuando descubrí lo siguiente: 1) que por alguna extraña razón que se me escapa casi siempre son ellas (y no ellos) las que albergan en Spaces sus bitácoras y 2) que en las galerías de fotos ¡a veces llegan al extremo de enseñar hasta el DNI! Aquello me resultaba incomprensible...

En condiciones normales, suele costar sangre, sudor y lágrimas convencer a una moza para que nos envíe una foto suya, y más todavía con las desvergüenzas al aire. Ahora, sin embargo, las ponen a disposición del resto de la humanidad sin que ello les suponga el menor problema... No acierto a encontrar la explicación... De hecho, quizá el género humano todavía no esté preparado para entender estas cosas en su justa medida.

Sea como fuere, no hay que darle más vueltas al asunto. Los motivos son lo de menos. Somos cientos de miles los hombres que hemos salido más que beneficiados, y ahora sólo nos toca disfrutarlo con salud. Y brindar también por la salud del gran Bill Gates, la eminencia gris que está detrás de estas grandiosas aportaciones al progreso humano que tan felices nos hacen.

Así pues, creo que lo de instalar un cliente de Jabber lo dejaré para una próxima reencarnación...