martes, mayo 24, 2005

El Código Davinchi II

Avance editorial, extracto del capítulo siete del ladrillo de marras.


-Dime la verdad, Robert. Creo que ya has dado un primer paso para resolver el misterio de los francmamones. Lo leo en tu mirada...

Robert Donlang, que a pesar de los avatares acaecidos en los seis capítulos precedentes y de haberse puesto los gallumbos del revés todavía no ha conseguido alborotar un solo pelo de su lustrosa cabellera, miró impasible al padre Clifford con sus azulverdosos ojuelos de guaperas sabelotodo y le espetó:

-Mire, padre, este no es un lugar seguro para hablar, se lo he dicho ya mil veces y como si nada. Hay micrófonos ocultos en todas partes, el CNI me tiene contra las cuerdas... Pero venga, acompáñeme.

Donlang invitó a entrar al padre Clifford en el meadero del sótano, cerró la puerta y abrió a la máxima potencia todos los grifos que encontró a su paso, inclusive el del bidé.

-Pero Robert, qué estás haciendo... España está padeciendo una pertinaz sequía y tú no puedes permitirte el lujo de desperdiciar una sola gota de agua...

-Con el debido respeto, deje ya de tocar las bolingas. Es mucho más importante que el contenido de esta conversación permanezca en secreto, sólo entre usted y yo, y el ruido del agua al caer es ahora necesario para que no puedan grabar nuestras palabras. Recuerde que mi vida está en peligro... y a partir de ahora la suya también. Pues va a ser partícipe de una crucial revelación...

El sacerdote asintió con la cabeza, sabedor de que aquello era verdad. Hizo la señal de la cruz.

-Bien, déjeme que se lo explique. Ayer mismo, visitando la conocida bitácora Alianza entre Mamones descubrí una cosa que me llamó poderosamente la atención. Verá, se trata del tal Mao, de Ajopringue. Me extrañó sobremanera el hecho de que, teniendo una web propia, facilitaria a Davinchi (el del código) una serie de enlaces para que los posteara. Me pareció muy, muy sospechoso...

-No lo entiendo, hijo. ¿A dónde quieres ir a parar?

-Muy sencillo, pater. ¿Por qué razón Mao iba a colaborar con la Alianza entre Mamones, pudiendo aprovechar esa información en beneficio de su propia página web? Muy sencillo. Observe su firma.

Donlang sacó un papelote arrugado de la camisa de su americana que contenía la firma del susodicho. MAO, ponía.

-Bueno, ¿y qué?

-Aquí viene lo bueno, padre. Como asiduo visitante de la página de limón del tal Davinchi, Mao ha utilizado el jugo de esa fruta para ocultar un mensaje secreto. Ahora va a ver como, al acercar la flama de este mechero al papel, va a salir a la luz un mensaje oculto...

-Cuidado Robert, acabo de tirarme un cuesco y con la llama podría producirse una explosión...

MAMON

-Ohhhh. ¡De modo que Mao es realmente un mamón, por eso precisamente ha colaborado tan activamente en la Alianza entre Mamones! ¡Ahora todo empieza a encajar!

-¡Así es, en efecto! Pero esto no es todo, padre. Ahora viene lo bueno y lo despiporrante. La cosa no ha hecho más que comenzar, se lo aseguro. Observe también que el tal Franco Alemán ha aportado un enlace para la Alianza, un enlace que tampoco ha utilizado en beneficio propio sino en beneficio de la Alianza de marras. Lo mismo que Mao. Me parece una "coincidencia" demasiado grande, demasiado poderosa... La verdad es que me he vuelto loco pensando en ello, pero ya he encontrado las claves ocultas. Mire.

-Es su nombre. ¿Quieres decir que también hay un mensaje oculto aquí?

-Algo así. Observe lo siguiente: estamos en el mes cinco del año cinco. La palabra "mamón" tiene ¡cinco letras! ¿Casualidad o causalidad? Yo me inclino por esto ultimo, como bien me enseñó usted en la catequesis. Observe también lo que ocurre si sobreponemos la palabra "mamón" comenzando por la sexta letra... entonces FRANCO ALEMAN... se convierte por arte de birlibirloque en FRANCMAMONMAN, o sea, traducido al cristiano, ¡en el hombre francmamón que habíamos estado buscando durante todos estos meses!

-¡Eeeeeeeeehhhhhhhhh!

-Y la concatenación de "casualidades" no ha hecho más que comenzar. El viaje de Carod Rovira y Maragall a Tierra Santa (¿qué andarían buscando esos dos pollos en el Santo Sepulcro sino al hombre francmamón?), la transformación de Anakin Skywalker en Dark Vader que coincidió en el tiempo con el paso de Antonio Jiménez al lado oscuro neoliberal... Todo encaja, todo cuadra. El debe y el haber, el yin y el yang, el alfa y la omega, los electrones y los positrones... El universo, como siempre, se equilibra por ósmosis y deja su saldo a cero zaputero. Ahora, pongamos manos a la obra: hay que localizar el paradero del hombre francmamón, antes de que Maragall le eche el guante...

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