Menudo revuelo se ha montado en Ferraz con las declaraciones, a mi gusto muy acertadas, de Jose María Aznar acerca del vino y el estado de opresión que el gobierno socialista desearía imponernos a todos algún día. Dice Aznar que aparte de agua, bebe vino, buen vino, supongo, por aquello de la visita a las bodegas de Vega Sicilia, por cierto, amenazadas de muerte por el afán del gobierno de hacer pasar una autovía justo por encima de ésta y otras muchas grandes bodegas de la Ribera del Duero.
Revuelo intenso el que se ha montado alrededor de sus palabras contrarias ellas a que sea el gobierno el que nos dicte qué debemos comer, qué debemos beber y a qué velocidad exacta debemos conducir. Pero eso a Aznar le importa tres pepinos (qué suerte tiene, D. Jose María) que él ya tiene la vida resuelta y por muchos Gabilondos que traten de cocearle verbalmente con la mirada asesina fijada en la cámara, nadie le va a quitar el haber sido, hasta el momento, el mejor presidente que ha tenido este amago de democracia que disfrutamos.
Pero sí, Aznar nunca ha tenido pelos en la lengua, y ahora muchos menos. Y se dedicó a arremeter contra el afán de la DGT de querer conducir por nosotros y la manía que tiene este gobierno de tratar de prohibirnos los pocos placeres que nos quedan en esta vida. Algunos tan sanos como el buen vino. Y me resulta curioso. Curioso que gente del gobierno venga ahora a despotricar y a decir animaladas como el señor (¿?) Victorino Mayoral quien se pregunta si es que acaso el señor Aznar abusa del vino. Nadie le ha preguntado, sin embargo, al señor Arenillas si abusó de esa botella de vino de nuevo rico valorada en más de cien mil pesetas o esa otra que rondaba las cuarenta mil, la posterior copa y el puro. Tampoco nadie le ha preguntado a Leire Pajín por qué lleva la nariz roja de forma perpetua o cómo es capaz el ministro de exteriores de ir por ahí tajado de vino francés.
Pero no, señores socialistas, nuevos ricos de postín. Al señor Aznar le gusta el vino, como a casi todos los españoles, y además, español y del bueno. Y al que no le guste, que se beba un zumito biológico a la salud de Elena Salgado.
Este mediodía brindaré (con buen vino) por las declaraciones de Vd.
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2 comentarios:
Vaya, leí tarde tu post, así que tendré que esperar para brindar a la cena...
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