"La política es un arte extremadamente misterioso"

Gabilondo dixit.

Ayer fuimos testigos de la doble vara de medir periodista (y esta mañana le descubro su continuación en elmundo.es), de la falta de respeto y de las ganas de hincar el diente a cualquier precio. Gabilondo, sí, ese mismo que salió hace mucho tiempo en los panfletos, digo, telediarios de TVE y que luego fichó por las mañanas de la cadena de radio de Polanco, demostró ayer que está acabado, vendido, sesgado, como periodista, como informador y como persona. Si no, ¿a qué viene preguntar si el Partido Popular lo dirige Rajoy, Aznar o Jimenez Losantos?

Oh sí, la entrevista tuvo ese talante todo su tiempo y la cara de descompuesto de Iñaki no tenía precio. Ante cada calentada de Iñaki se anteponía una respuesta contundente del entrevistado, Mariano Rajoy, quien tenía que responder una y otra vez a la misma pregunta redactada de diferente manera. No, Iñaki, no, quien manda es Rajoy, Aznar está en Georgetown viviendo de puta madre con la credencial de haber sido el mejor presidente de España y Jimenez Losantos, el que comenzó tu funeral periodístico (si es que alguna vez lo has sido), se dedica a darle cachetes en el culo para espabilarlos a todos cada vez que puede.

Te gusta la manipulación, Iñaki, manipulas hasta los goles del Lyon y sin embargo te dieron con un canto en los dientes. Mariano, como buen registrador de la propiedad, tiene una cabeza privilegiada y no se engaña con facilidad. Querido Iñaki, que no sabes con quién te la juegas, que estos no son Pepiño el corruto, Montilla el bachiller o Zetapé el masón, que aquí todos tienen carreras y varios dedos de frente.

Ayer asistimos a un espectáculo de sadomasoquismo por parte de Rajoy y de suicidio por parte de Gabilondo, y es que ayer se intoxicó con su propio veneno.

Y no, la política no es misteriosa ni debe serlo (salvo para los masones que actualmente nos presiden) sino un acto de sentido común, puro y duro.