sábado, enero 28, 2006

Rebuznos en el [ciber] espacio.

Hay que ver, qué malos que somos los que creemos en las libertades y queremos que se haga justicia con los asesinos. Y pobrecitos asesinos, privados de alternativa, que tuvieron que pegarle un tiro en la nuca al señor de turno. Menos mal que hay gente que mira por ellos:
    "Dos tipos de carteles

    Nada más ser anunciado, buena parte de los asistentes se pusieron en pie con carteles en la mano. En unos se podía leer «Eraso eta mendekurik ez. Konponbide demokratikoa orain», y en los otros frases como «Asesinos alde hemendik» y «Pilar Elías herria zurekin».

    Pero mientras que los primeros permanecían en silencio, el segundo grupo comenzó a co- rear «asesinos, asesinos». Subida en un banco, María San Gil era una de las que más énfasis ponía. A este primer lema le siguieron otros como «cobardes», «fascistas», «Pilar, valiente, aquí estamos tu gente» o «sin pistolas no sois nada». Tampoco se libraron los ediles de PNV-EA, que fueron acusados de «cómplices». En ese grupo se veían otros rostros conocidos, como el de Maite Pagazaurtundua o el del miembro del Foro Ermua Iñaki Ezkerra.

    La tensión fue in crescendo y algunas personas de ambas partes comenzaron a increparse e insultarse mutuamente. En vista de ello, el alcalde ordenó el desalojo, que fue llevado a cabo por la Ertzaintza sin ningún tipo de incidente.

    San Gil, junto a la puerta, espetó el calificativo de «asesino» o «asesina» a prácticamente todas las personas que portaban los carteles «contra los ataques» a los dos ex presos . Pero el colofón lo puso una mujer diciendo que «nos vamos, pero volveremos y venceremos. No vamos a tolerar vuestra dictadura sabiniana».

    Los integrantes de este grupo bajaron a la plaza, donde unas doscientas personas tomaban parte en una concentración en la que se corearon lemas como «Errepresioa ez da bidea», «Hau al da zuen bakea?» o «Eman hitza Euskal Herriari».

    En cuanto al otro grupo, una parte salió a la calle y se quedó en los soportales del ayuntamiento, pero otra permaneció dentro, en las escaleras, hasta el final del pleno.

    Restablecida la «normalidad» en el interior, se procedió al debate y votación de las dos mociones existentes. La primera, rechazada, fue presentada por el concejal abertzale Asier Larrañaga y contaba con el respaldo de numerosos organismos de la localidad.

    En este texto, que fue rechazado, se manifestaba que los dos ex presos «ya cumplieron una extensa condena», que el caso «está prescrito» y que las medidas en su contra se basan en «un impulso de venganza».

Por desgracia el marido de Pilar Elías ya no está aquí para unirse al coro de "asesinos, asesinos" y señalar con el dedo a los que lo mataron. Pero parece ser que eso es lo de menos.

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