Entrevista exclusiva a doña Hermenegilda Repóllez, feminista radical y asesora espiritual de ZP

-Doña Hermenegilda Repóllez, muy buenas tardes nos dé Dios. Lo de "buenas" es un decir, porque esto ha sido un golpe muy duro para todos.

-Buenas tardes. Sí, tiene razón, no sé si podremos levantar cabeza después de estol.

-Desde aquí, desde la Alianza entre Mamones, sentimos una indignación inmensa, inconmensurada. ¿Cómo puede permitirse, en los goznes del milenio que ahora comienza, que una pasta se llame "Penne"? ¿Es lo que yo pienso?



-Sí efectivamente, se trata de rebajar a la mujer a la bajura de un osjeto sesual, al considerar que ella se sentirá atraída por lo del penne y que tratará de arremetérselo en la boca. Por tanto, como mujer me siento ultrajada en mi misma mismidad y pienso que habría que tomar cartas en el asunto. Piense, por ejemplo, en el Penne con Cipolla, receta que eleva mi indignación al cuadrado, puesto que ayer me comí un par de platos. Y sobre el Penne Con Salsiccia, Porri e Pecorino Toscano todavía no sé qué decirle, porque aún se está calentando en el microondas, pero me temo lo peor.

-¿Y cómo se enteró usted de este incalificable agravio, en el supermercado, en un anuncio de TV, en la web de Marqueze?

-Bueno, es que un tal Rodolfo Langostino nos hizo una denuncia anónima. Y luego nos pidió nuestro informe 2004 tamaño póster, que no sé yo para que lo querría, sinceramente.

-Ah vale. Pues muchas gracias doña Repóllez, por su atención y su tiempo. Ha sido usted muy amable.