Ese fue el grito de batalla que se oyó en el SIMO, emitido por multitudes ingentes, infinitas (ver imagen adjunta), deseosas de conectarse a los ordenadores de la Cadena Ser y descubrir a través de ellos las verdades que nos han sido subrepticiamente ocultadas por el club Bilderberg, las multinacionales hideputas (valga la redundancia), el gran capital -así en abstracto-, la brunete mediática y el bigote de Aznar.
-¿¿¿Dice hoy algo de la medalla de Aznar??? -pregunta uno de los afortunados visitantes, uno de los pocos que consiguieron acercarse a uno de los terminales.
-Eso, eso -apunta otro espontáneo-, no puedo vivir sin mí, este es un tema de vital trascendencia, no puedo pensar en nada más.
-¡Sí, sí, lo veo! ¡Abajo, bajo, dale a enter... ! Jodé, este Aznar es un corruto, lo llevaba sospechando hace tiempo.
sábado, noviembre 19, 2005
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