Que a principios del siglo pasado ocurriera una epidemia sin precedentes de una variante de gripe que asoló los EEUU, nadie lo duda, pero que principios del siglo XXI eso pueda ocurrir en un mundo mediatizado, da miedo. Y no por la posible pandemia, sino por el pánico globalizado. Pormenoricemos un poco el caso.
Hace un año saltó la liebre de una mutación de la gripe aviar que infectaba seres humanos con una mortalidad relativamente alta (algo más de un 5%). Ocurrieron un par de casos lejos de China con alguna muerte de por medio.
Este año, los medios alarmistas y sin escrúpulos han aprovechado dos pajarracos muertos para crear un estado de alarma global.
La gente está paranoica con el tema pidiendo el jodido Tamiflú, cuya seguridad aún no se ha evaluado, pese a contar con todos los beneplácitos de la EMEA (y no se si de la FDA). Es más, Roche ha superado todas las expectativas y ha decidido ampliar holgadamente la producción de este producto para poder cubrir unas demandas que aumentan cada día. Demanda producida estatalmente, puesto que al no estar aprobado aún para su uso sólo se podrá dispensar en hospitales.
Como buen medicamente nuevo, dudo que su caducidad sea mayor de los dos años hasta que se testen y aprueben caducidades mayores.
Dejando de lado el tema Roche, volvemos al principal, la supuesta pandemia.
Vamos a ver, pensemos. ¿Qué ha cambiado entre hace dos años y éste? NADA. El riesgo de pandemia era el mismo hoy que hace diez años, pues la probabilidad no se rige por el tiempo. Sólo que hoy, cuatro mamones han decidido sacarle provecho para vender más prensa.
¿Alguien se acuerda de las vacas locas? ¿De las variantes mortíferas de filovirus asesinos? ¿Maburgo? ¿La famosa bacteria asesina? ¿La legionella? ¿Eran nuevas? No, siempre han existido, sólo que ahora cuentan con el arma definitiva: Los medios.
El tema es que a lo mejor este año hay pandemia... o posíblemente no. ¿El resultado? Miles de millones que se tendrán que tirar a la basura cuando los millones de cajas de Tamiflú caduquen en los almacenes de los hospitales. Las farmacias sin vacunas porque se la está poniendo todo hijo de vecino (que me parece muy bien) creyendo que serviría de algo contra un futurible recombinado Gripe-A humana/aviar. Un laboratorio, Roche, que se ha llevado el gato al agua (han tenido un atino, demasiado casual). Y una duda que me embarga, y que algún día expondré si ciertos datos que he pedido los puedo llegar a conseguir.
Mientras tanto yo sigo comiendo mis pechugas de pollo y mis huevos fritos con más pasión que nunca, mientras el resto de mortales se hacen cruces con la gripe aviar.
viernes, octubre 21, 2005
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