miércoles, octubre 05, 2005

Fascismo al volante... ¿cómo combatirlo?

Prohibición de la publicidad automovilística

Una medida habitual en el caso de otras mercancías peligrosas. Un paso más ambicioso sería convertir la conducción en una actividad humillante. Por ejemplo, se podría obligar a los usuarios de coches particulares a ponerse unas orejas de burro mientras van en su vehículo.

Ni un km más de carreteras

Es imprescindible una moratoria automovilística que prohíba la construcción de más carreteras. Con el gigantesco presupuesto que se liberaría se podría reconstruir la red ferroviaria que el PSOE desmanteló y el PP finiquitó.

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3 comentarios:

José García Palacios dijo...

Este Darwin Palermo (el autor) y esta gente que lo ha puesto se han hecho acreedores a las orejas de burro. Hacía tiempo que no leía tantas majaderías juntas. Pero está bien, me he reído bastante.

Fliper dijo...

Puestos a soluciones absurdas con fundamento yo prohibiría que se usase el coche para trayectos de menos de kilómetro y medio, y eso sólo donde las ciudades no tengan buenas infraestructuras de transporte público. En donde las haya, todo el centro cerrado al tráfico privado.

Anónimo dijo...

¡Qué poca imaginación! Podríamos, en la mejor tradición soviética, introducir cartillas de racionamiento de gasolina, asignando cinco litros la mes para cada camarada del partido, y cero para el resto.

O poner una tasa del 2000% a las ruedas, de manera que cuando se pinchara una fuera inviable cambiarla, y el coche quedara inutilizado.

También podríamos nacionalizar todos los talleres mecácnicos, y así cada avería tardaría meses en ser reparada, y mientras el coche en el taller.

En resumen, estos de Rebelión son unas nenitas pequeñoburguesas, incapaces de pensar con criterios auténticamente revolucionarios. Todavía tienen que aprender mucho del MSV...