Recaredo Acebes y Marilyn Zaplana

Hay gente de izquierda que se quedó colgada en en el mayo del 68, cierto, pero luego hay una parte de la derecha española que está en los visigodos. No hay más que ver a Acebes y Zaplana, aunque Zaplana y Acebes son más góticos que visigóticos. Incluso, algo neo-góticos. No hablo de arquitectura, sino de ese revival cultural que ama lo oscuro y que, en música, va del electro/oscuro al trance/dark. Cuando actúan en dúo, recuerdan a Marilyn Manson, ese cantante de los ojos de vidrio y de distinto color. Me los imagino cantando, con Esperanza Aguirre, el gran éxito de Manson: The golden age of grotesque (La edad dorada de lo grotesco). Esa política gótica tiene sus estilistas en prensa. Hay columnas en penumbra, impresas en tinta lívida, llenas de referencias balcánicas, donde aparece una España en ruinas, poblada de murciélagos periféricos, sometida a una OPA hostil por una compañía de gas polaca, y con graffitis en las tapias de los cementerios donde se lee: No future. De ahí la críptica declaración de Rajoy: "A partir de hoy, aquí sólo existe el futuro". Es el grito desgarrado de un hombre, atrapado en la pesadilla gótica del Maquiavelo de Quintanilla del Onésimo, que el lunes vio que los niños españoles iban felices al colegio.

Seguir leyendo "El futuro", de Manuel Rivas. Este artículo tiene su mérito y justo es reconocerlo, ya que escribir una columna para el más popular periódico de España con la camisa de fuerza puesta, los ojos inyectados en sangre y la espada de Damocles de los neogóticos sobre su cabeza no es tarea fácil. ¡Aaauuuh!