viernes, septiembre 23, 2005

Hoy en barrio Sésamo... perdón, en La Vanguardia :o), y más concretamente en el artículo "Huracán sin democracia" de doña Eulàlia Solé, se nos explican las diferencias entre una verdadera y una falsa democracia. Por ejemplo, en las democracias genuinas los huracanes de nivel cinco como mucho te mueven el flequillo...
En un país auténticamente democrático, los daños humanos y materiales que el huracán Katrina ha provocado en Nueva Orleans no hubieran tenido lugar.

(...)

Ahora bien, tal como se ha demostrado con el Katrina, no basta con que exista la posibilidad de elegir periódicamente a los políticos que han de representar los intereses generales. La política democrática ha de estar atravesada, ungida, por el sentido de justicia social; lo contrario constituye una estafa que tiene diversas facetas.

Una de las estafas consiste en que los partidos en liza resulten tan similares que un gran número de electores potenciales no se vean representados. Otra, en que el poder económico o militar sobrepase el poder político y suplante los intereses de la gran mayoría de los ciudadanos.

Y otra, en que grandes bolsas de electores no ejerzan su derecho; bien por desconfianza hacia quienes pretenden representarlos, bien porque se les mantenga adrede en un analfabetismo funcional. No parece una osadía colegir que en el desastre que finalmente ha asolado Nueva Orleans han concurrido los tres factores, desde la cúpula de la Casa Blanca excluyendo los diques de los presupuestos estatales hasta la penuria, en todos los sentidos, que se ceba en los negros.

Si lo queréis comentar versículo a versículo, es todo vuestro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

llevamos sólo 30 años de democracia, en algunos sitios como Cataluña y el Pais Vasco cero, y algunos/as/es van por ahí dando lecciones a los demás, sobre todo a los norteamericanos.

Unknown dijo...

Esta claro que el izquierdismo es un problema del ADN que suele corregirse con la edad.
En los casos en los que no se corrige deriva, como es evidente entre la imbecilidad y la criminalidad i en una mezcla de ambas.