Por fortuna, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero no se arredra. Cuenta con una amplia mayoría de la sociedad que --más allá de siglas-- apoya en lo esencial su política reformista, contempla con simpatía su apuesta en favor de los derechos civiles, mientras aplaude la combinación de su talante moderado y de su compromiso con la izquierda. Rodríguez Zapatero no sólo afirma creer en la igualdad, sino que procura hacer posible aquello que nos parecía instalado en una utopía imposible.Y yo que quería -como buen urbanita, usea, discípulo del pontífice Urbano II- echar mano de mi cruz de Santiago matamoros y de la espada Excalibur que me ha enviado Antonio desde Gran Bretaña para unirme a la enésima cruzada y expulsar a los marditos infieles con turbante de Jerusalem. Zapatero ha vuelto a frustrar mis planes de fin de semana. Seguir leyendo "Profetas de las calamidades", de Enric Sopena.
Sabe que la mayor parte de los ciudadanos hace años que abrazó un tiempo nuevo y que no desea regresar a la penumbra de épocas pretéritas, cuando iban juntas la cruz y la espada.
sábado, julio 09, 2005
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1 comentario:
¿pero este tio se cree lo que escribe?, o será que yo vivo en otra dimensión...
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