martes, julio 19, 2005

El negocio del tabaco.


Como buen ex-fumador coñazo que soy, me gustaría dar unas cuantas pinceladas sobre el lucrativo vicio de fumar. Quiero resaltar y desarrollar muy brevemente dos puntos:
1. Que el tabaco es una droga que provoca adicción, y muy fuerte, de las que más.
2. Que alguien sale beneficiado de tu cáncer de pulmón, querido lector fumador.

Es una droga.
El tabaco contiene una droga: La nicotina, la 3-2-N-metilopirrolidinil piridina, derivada de la pirrolidona, es un excitante del sistema nervioso. Tanto que también (como todos los derivados pirrolidínicos) es un insecticida. Su efecto principal es la liberación de catecolaminas (adrenalina etc) las cuales producen un aumento en la frecuencia cardiaca y un aumento en la presión arterial, así como un incremento de la cantidad de ácidos grasos libres.

Su capacidad de adicción se ve multiplicada por dos factores:
1. Su elevado t1/2 (semivida de eliminación) hace que sus niveles sean apreciables por más de un mes.
2. Su vía de administración (inhalatoria) provoca rushes de concentración en sangre, lo que (como pasa con el crack) multiplica los efectos nocivos y adictivos.

Que mata.
La nicotina en sí misma (tanto que se habla de ella) no deja de ser una "simple droga". Pero en el tabaco existen otros 4000 productos de los cuales un mínimo de 400 son tóxicos, entre ellos los PCBs (policlorobifenilos), a los que tanto odio les tengo gracias a mi querido profe de Salud Pública y que son causante directo (y no estocable) del aumento del riesgo de diversos tipos y variantes de cáncer y otras enfermedades.

Tampoco debemos olvidar el alquitrán y el CO (monóxido de Carbono producto de la combustión incompleta del cigarro) tóxicos de sobra conocidos.

En Estados Unidos se calculan aproximadamente 450.000 muertes por efecto directo del tabaco, de los cuales alrededor de 180.000 son derivados de problemas cardiovasculares. El resto pasan desde asfixia por enfisema hasta el fallo multiorgánico por culpa de un cáncer.

Que da beneficios.
La industria del tabaco no es la única que sale beneficiada de este pequeño vicio. Hagamos un cálculo:
1. En España, concretamente, la esperanza de vida ronda los 80 años (82'3 si mal no recuerdo), eso son entre 15 y 17 años de media de pensiones.
2. La vida media de un fumador escasamente llega siquiera a la edad de la jubilación.
3. Los gastos derivados del tratamiento por enfermedad por tabaquismo, en los EEUU rondaban los 80.000 millones de dólares (unos 65.000 millones de euros, lo que equivalen a unos 148.000 euros por fumador). Teniendo en cuenta que la sanidad en EEUU es más cara que aquí, las medidas paliativas de los fumadores, traducido a un español, deberían ser menores, a pesar de que según qué fuentes consulto, algunas hablan de los 110 millones de pesetas por paciente (660.000 euros).

Trasladando a España estos datos, conocemos que el estado recauda al año 3.500 millones de euros por el tabaco, aún un poco lejos de los 8.140 estimados (teniendo en cuenta que en España mueren 55.000 personas por relación directa del tabaco y extrapolando con los gastos sanitarios estadounidenses)

A simple vista podría parecer que un fumador le cuesta dinero a la seguridad social, ¿verdad? Pero, resulta que la seguridad social se está ahorrando la pensión de esas 55.000 personas, que deberían estar recibiéndola una media de 15-17 años. Es decir, se va a ahorrar otros 8.400 millones de euros (aproximadamente), lo que le reporta al estado unos beneficios de unos 3.760 millones de euros (por no hablar de la medicación/asistencia médica geriátrica que se ahorrará sanidad con esa persona, que podría multiplicar por dos y por tres esa cifra). Cada año, así un poco grosso modo.

Y para colmo las campañas anti-tabaco no sólo no funcionan...
Sino que además hacen aumentar el uso del tabaco por parte de los menores que ya alcanza en España los 13 años como media de inicio de consumo y con una media nada alagüeña del 21% de adolescentes fumadores habituales.

Nadie se da cuenta de que las campañas anti-cualquier-droga no son más que un escaparate publicitario estupendo. No sirve para nada más. Y eso ¿creéis que el estado no lo sabe?

En fin, me he dejado mil cosas en el tintero y me gustaría hablar muuuucho más, sólo espero que los fumadores, la próxima vez que encendáis un pitillo visionéis la cara de Mr. Cansado I de Zetapé y digáis: "¿Y a éste le estoy pagando el sueldo con mi tabaco?"

(reconocedme que os he hecho apagar el pitillo)

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