jueves, julio 21, 2005

Cuba, ejemplo de la mezcla entre marxismo y democracia


Los cubanos pueden sentirse aliviados ante...

Dicho de forma sintética: la revolución es democrática y la democracia es revolucionaria. Revolución y democracia se determinan mutuamente, en un proceso vivo, continuo, dialéctico.

El hecho de que en la Unión Soviética y en los países socialistas de la Europa del Este la revolución no desembocara en la democracia, es el principal argumento de la derecha a favor del supuesto fracaso del marxismo, que muchos creyeron ver derrumbarse junto con el muro de Berlín. Pero la caída del muro no fue el principio del fin, sino el fin del principio. Con el desmembramiento de la Unión Soviética, terminaba la fase primitiva, infantil, del llamado socialismo real y empezaba una nueva etapa de maduración y desarrollo. El dramático “período especial” que atravesó Cuba tras perder el apoyo de la URSS, fue una crisis de crecimiento, y su superación fue el segundo triunfo de la revolución cubana.

[...] La revolución cubana puso en marcha un proceso democrático que, si todavía no ha culminado, avanza con paso seguro por el único camino posible, hacia el único objetivo posible: una democracia plenamente participativa e igualitaria.

Y semejante buena suerte sólo puede ser beneficiosa para el resto de Ibreoamérica y África...

Pero Cuba no se ha dejado aislar. Su presencia solidaria, revolucionaria, es cada vez mayor en América y en África. Y también en el resto del mundo, incluida la vieja Europa, donde los amigos de Cuba y de su hermana Venezuela crecemos día a día en número y organización.

[...] De forma análoga, recíproca y complementaria, la democracia parlamentaria venezolana puso en marcha un proceso revolucionario llamado a culminar en una transformación radical de la sociedad. Cuba y Venezuela, en fecunda alianza, son el ejemplo vivo de la dialéctica revolución-democracia, su incontestable materialización histórica. Cuba ya no es una isla.

Porque izquierda no hay más que una, del mismo modo que solo hay una raza, la raza humana, y solo una lucha, la lucha de clases. Una izquierda unitaria, internacional e internacionalista, que empieza por reconocer el derecho de autodeterminación de las personas y de los pueblos. Mediante la guerra, el bloqueo, la criminalización y el silencio, los cruzados de Occidente intentan convertir en islas a Cuba y Venezuela, a Afganistán e Iraq, a Palestina y el Sáhara, a Euskal Herria e Irlanda... Pero las islas forman, cada vez más, un archipiélago, una nación de naciones, la gran nación antiimperialista.


Y felices ante...
Y ahora estamos asistiendo a su tercer triunfo: la superación del criminal bloqueo impuesto por Estados Unidos. Washington y sus aliados querían convertir a Cuba en una doble isla: física y política, material y moral.

Hay que joderse, lo bonito que es comerciar... No quiero imaginarme qué pasaría si lo hicieran las personas normales y corrientes...

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