También es verdad que entre estos movimientos indigenistas los hay de su padre y de su madre, pero entre ellos no faltan quienes pretenden erradicar el cristianismo, volver al culto solar y otras fantasías étnicas, suprimir la cultura europea por extraña (después de cinco siglos, un ratito) y reinstaurar, en Sudamérica, el imperio andino del Tahuantinsuyu, borrando a golpe de manifestación y quema de neumáticos cualquier vestigio europeo, español para ser más exactos.Seguir leyendo "¿Indigenismo? No, gracias"
lunes, junio 13, 2005
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