“No hay que pasar frío en verano y calor en invierno”, ha dicho el ministro Montilla, en el sentido de que hemos de meternos nuestros aparatos de aire acondicionado por donde termina la espalda. De hecho él mismo, para dar ejemplo, ha renunciado al aire acondicionado, tanto en el coche oficial como en su(s) casa(s) y su(s) despacho(s). Pues lo normal y deseable es sudar como un cerdo en verano y morir congelado en invierno (en plan Walt Disney, de ser cierta la leyenda urbana), sobre todo si eres ministro del ramo y debes ser modelo a seguir de cara a la plebe.
Y es que no hay nada en la vida como sentirse uno semejante a un pollo en el horno microondas. Qué felicidad, sentir como te cae el sudor por los huevos... Mmmmmm. ¡Viva Montilla!
Vayámonos despidiendo de la mayor parte de electrodomésticos para cuando cierren las centrales nucleares. Total, nuestras abuelas nunca los necesitaron... Atapuerca (necrológico enclave en el que reposan los humanos más ecológicos, sostenibles y dignos de emular que jamás han existido) nunca había estado tan al alcance de la mano...
miércoles, junio 22, 2005
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4 comentarios:
Vamos a acabar como en Cuba. :(
Apaga las luses, mi amolllll
Qué extraña noción de libertad. Puedo asesinar a mi futuro hijo impunemente pero no puedo poner el aire acondicionado. El caso es que engañan a la gente como nadie. Qué país, va a acabar siendo El País.
Quiero pensar que se refiere a que se puede tener el aire acondicionado a 25 o 26 y no a 20 o 22 grados como lo tienen en muchos sitios. Yo odio tener que salir con chaqueta (en Madrid en pleno verano) porque me hielo si entro en cines y restaurantes
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