sábado, junio 18, 2005

El cronista estaba muy cerca. Sobre una barandilla, observado y analizando la manifestación, cuando se introdujo en aquella zona el ministro [Bono].
Al principio no había hostilidad a su alrededor. Luego, se oyó una voz femenina llamándole réprobo y falso católico –en aquellos días avanzaba imparable el actual proyecto de matrimonio gay--.

El grito se multiplicó: traidor, mentiroso, asesino. Mil insultos. Hubo apretujones de quienes querían acercársele para increparlo. Situación sorprendente, bochornosa, pero ninguna agresión.

Más en Crónicas Bárbaras