miércoles, junio 15, 2005

¿Alguien lleva la cuenta de todas las sandeces que ha expelido la ministra de Cultura, doña Carmen Calvo, desde que asentó sus reales en la Plaza del Rey? Cocinera antes que fraila, Cervantes se fue a Argel de turismo, dixit era un ratón, Huelva está en el Mediterráneo, desgajar el dos por ciento de un Archivo no supone romper la unidad del archivo y, ahora, la UNESCO tiene que legislar "para todos los planetas".

(...)

Por encontrar algún lado serio en este poliedro de esperpento: el "caso Calvo" demuestra la perfecta estupidez de la llamada "paridad" en los cargos públicos, es decir, esa frivolidad de repartir al cincuenta por ciento la presencia de mujeres y de hombres en un equipo de gestión.

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3 comentarios:

J. Sullivan dijo...

De todo ello, lo de que Cervantes fijó su residencia en Argel me parece ya el colmo del insulto a la cultura y la Historia de un país, estepaís. Es que no se puede ser tan paleta para decir eso, ni siendo Ministra ni siendo cualquier otra cosa. Qué indignante joder...

Anónimo dijo...

No estaba de acuerdo con lo de la paridad, porque sabia que pasaría esto. Si un ministro la caga y no dice más que chorradas (como Moratinos) a nadie se le ocurre decir que esta ahi por culpa de la paridad, o que lo hace mal por ser hombre, sin embargo si la Trujillo dice tonteria tras tonteria resulta que esto pasa por poner a una mujer. ¿A nadie se le ha ocurrido pensar que la Calvo era lo más inteligente y preparado que tenia el psoe para ese cargo? ¿independientemente de que sea hombre o mujer?

Reboot, El Diablillo Cojuelo dijo...

Pues encima un punto menos para la ministra. Porque si hubiera sido un subproducto de la cuota, al menos tendría algo en lo que escudarse.