jueves, mayo 19, 2005

Pío Moa:
Navegando por Internet encuentro a menudo alusiones a mi modesta persona calificándome de “ex terrorista”. Obviamente la idea es suscitar rechazo hacia mis libros, pero se equivocaría quien creyera que ese rechazo recae sobre el segundo término del calificativo. Lo que provoca la indignación de quienes así hablan, casi todos progres fanatizados, incluyendo supuestos intelectuales, es justamente el “ex”. Como resulta obvio a cualquier observador medianamente agudo, esta gente respeta profundamente a los terroristas, para los cuales solicita el diálogo, la negociación, es decir, el premio a sus atentados a costa de las libertades. Para mí u otros en mi caso no solicitan esas ventajas, desde luego, sino la censura, el vacío y el silencio.

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