Llegará un día --predice Bigas Luna muy en serio-- en que el paseo de Gràcia de Barcelona estará plantado de coles. En vez de coches, extensos huertos atiborrados de tomates, lechugas y sandías camparán a sus anchas en el espacio más preciado de la ciudad regalándonos sus frutos. Eso será un signo de madurez y progreso, según el cineasta y artista. Destinar el mejor espacio a la tierra y no al asfalto, volver a poner huertos y una arboleda donde los hubo. No será volver nostálgicamente al pasado, sino optar por un futuro verde, divertido y humano. Lo que sin duda es insensato, y así se juzgará tarde o temprano, es que sean los coches, unas cajas metálicas ruidosas, las que ocupen de forma preferente tan preciado espacio.Estoy de acuerdo, el ser humano no habrá alcanzado el cénit de su evolución hasta que pueda recorrer el área metropolitana de Barcelona en liana, como Johnny Weissmuller y la mona.
(...)
A 10 metros cuadros cada uno, los 180.000 coches que hay aparcados en la calzada nos están privando de paseo, plazas y verdura.
miércoles, mayo 25, 2005
El "artículo del día" de hoy, en El Periódico, perpetrado en esta ocasión por el arquitecto Juli Capella. Los coches nos dejan sin sitio para plantar lechugas y así nos va, viene a decir a grosso modo, pues "es insensato que los coches ocupen el suelo público y arrinconen a ciudadanos y huertos".
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